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Tecnología
AERONÁUTICA
Historia - 6ª parte
Primera Guerra Mundial y entreguerras (continuación)
Novedades en el despegue y aterrizaje vertical
l despegue y aterrizaje vertical ya había sido estudiado a finales del siglo XIX por el italiano Forlanini, el cual había logrado elevar una máquina de forma vertical mediante una hélice movida por un motor a vapor. Estos proyectos no gozaron de mucha atención por parte de los investigadores, pues se planteaban problemas irresolubles en aquellos momentos relativos al control de la aeronave y la potencia de los motores.
En 1907, con el desarrollo del motor de explosión, el francés Paul Cornu pudo construir un helicóptero movido por un motor de gasolina, pero distaba mucho de poder utilizarse como una máquina práctica, tal como los helicópteros que conocemos hoy en día.
El autogiro
En el campo del vuelo vertical merece citarse el invento del autogiro, del español Juan de la Cierva, que realizó su primer vuelo en 1929. Se trataba de un avión de hélice normal, el cual llevaba acoplada una hélice vertical, pero sin motor, que se movía por el simple impulso del viento, como si fuera un molino. Este aparato no podía despegar verticalmente, ni mantenerse inmóvil en el aire, pero sí podía realizar aterrizajes casi verticales.
La intención del inventor era evitar las catástrofes de los aviones debida a la pérdida de velocidad; en el autogiro la caída podía ser amortiguada gracias al rotor vertical, que entraba en autorrotación si se producía una caída del avión por pérdida de velocidad, acelerando su giro y frenando la caída hasta un límite determinado por la viscosidad del aire, que no era superior a los 4 ó 5 metros por segundo, suficientes para evitar un grave impacto contra el suelo.
Autogiro de Juan de la Cierva
En el autogiro la maniobra de aterrizaje podía realizarse en posición casi vertical gracias a un embrague que acoplaba el motor al rotor de las aspas verticales en el momento de tomar tierra, pero no podía realizar otras maniobras de control y dirección como las de los actuales helicópteros. Algunos modelos de autogiro podían acoplar las alas giratorias al motor durante el despegue, en cuyo caso se denominaba más propiamente "girodino".
Con la posterior introducción de un motor independiente que movía las alas giratorias se consiguieron realizar estas maniobras sin dificultad, pasando desde entonces los autogiros a un segundo plano y finalmente apartados. El invento de De la Cierva constituía un paso importante hacia el helicóptero moderno.